Tom Cruise, es
el actor de las mil películas (es un decir) pero con una sola cara; se repite
irremediablemente y no deja lugar para la sorpresa.
Desgraciadamente
éste es uno de los factores que hacen de “Oblivion” una película gris, no pasa
de tener buenos efectos especiales que en formato IMAX se pueden aprecian mejor
y un soundtrack, que para ser el primero de la banda francesa M83 está muy bien
logrado y representa a la perfección ese ambiente de desolación y control
mecánico en donde se desarrolla la película.
Lamentablemente
la historia no aporta nada nuevo, es bastante predecible, la culpa de esto se
la debemos al director y guionista, Joseph Kosinski que se basó en su propio cómic aún no
publicado (me pregunto por qué será), para desarrollar la trama de la película;
y cuando se han visto tantas y tantas películas de invasiones extraterrestres y
lucha de los humanos por quedarse en la Tierra, lo que hace falta son nuevos
puntos de vista, nuevas tragedias, nuevas historias, o historias predecibles
pero bien contadas; parte de la falla en “Oblivion” radica en la reiteración de
ideas y situaciones; el público ya ha entendido de qué va una escena y la idea
que se quiere proyectar, pero el director insiste en que no es suficiente
información y llena la pantalla de sucesos repetitivos hasta el cansancio.
Mood palomero,
para el domingo o simplemente para ir a ver en una cita, en donde se está
nervioso y más interesado por no tirar las palomitas, no atragantarse, verse
siempre bien y gustarle al prospecto en turno, que interesado en lo que pasa en
la pantalla; son los escenarios idóneos para ver ésta película que adelantó su
estreno al ver que no podía competir en la época taquillera de Star Trek: Into
Darkness y The Man of Steel.
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