Las películas
de terror nunca han sido mi fuerte, siempre termino viendo la mitad de la película
o menos porque cierro los ojos por temor a tener pesadillas si miro de frente
al ente maligno que hace de todos un manojo de nervios; y al final de todo
siempre termino de cualquier manera teniendo pesadillas, pasando media noche en
vela con el ojo pelón y con ojeras marca osito panda al día siguiente.
Por todo esto
siempre las evito, he visto muy pocas, los clásicos no han sido vistos y sólo
algunos remakes, el más reciente “Evil Dead”.
Que no vea
películas de terror no quita que la trama sea ya conocida, los protagonistas se
encuentran aislados, en un bosque de preferencia, sin teléfono o auto o ningún
contacto con alguna alma caritativa y valiente que los pueda auxiliar en sus
próximas desventuras. Casi siempre hay una chica guapa o un chico guapo, y al
parecer esto en la mayoría de los casos es lo que delimita qué tanto tiempo de
vida te sea permitida.
Más que una
historia de unas cuantas personas que se encuentran ante grandes desgracias,
las historias de terror son historias de personas que insisten e insisten en
que una desgracia les suceda, si hay libros demoníacos que cualquier persona en
su sano juicio jamás abriría, lo abren y por qué no, lo leen; si hay un camino
oscuro en el bosque lo toman, si encuentran a un desconocido con apariencia
sospechosa pero les pide amablemente que lo acompañen a un callejón oscuro, lo
acompañan; y lo peor, si un payaso con apariencia evidentemente maligna se
aparece en una coladera, por mucho que tenga un globo amarillo, no te acercas a
él; lo más prudente es correr hacia el lado opuesto y no mirar atrás.
Sorprendentemente
logré ver completo éste remake del clásico de culto de Sam Raimi, que narra la historia
de un grupo de jóvenes que se encierran en una cabaña en medio de la nada, a tratar
a la hermana de uno de ellos en el sinuoso proceso de desintoxicación, pero
pronto se dan cuenta de que la abstinencia de la droga no es el mayor problema
que van a enfrentar.
Con obvias
consecuencias como una desvelada obligada viendo capítulos de series de comedia
para olvidarme de la carnicería que acababa de ver; no pasó a más, disfruté la
película que resulta una serie de eventos provocados y desafortunados, que bien
pudieron haber sido evitados desde un principio, pero si cupiera en los
protagonistas una gota de sentido común la película duraría veinte minutos y nos
perderíamos de numerosas escenas de linchamiento, y mutilaciones puramente gore.
Comments
Post a Comment