De ausencias...

Muchos deberes, muchas obligaciones y pocas horas en el día, todo esto sumando a un cansancio que sólo puede ser atribuido al pasar de los años, antes no me pasaba esto, antes podía desvelarme por cuatro días seguidos y era mucho más productiva, ahora llego a la oficina completamente fumigada y no hay cafeína que logre despertarme… esa mugrosa palabra “ANTES” y lo peor del caso es que en lugar de escuchar a mi cuerpo ando escuchando a los llamados de los amigos, del deber, y mil cosas más, ¡no quiero ni ver el tamaño de la factura que me van a pasar después!

Así es como han transcurrido los pasados días, entre desveladas, viajes relámpago, sol calcinante y sobre todo muchísimo trabajo, que es la razón principal por la que no había podido entregarles información cinéfila, y me ha alejado de esas bellas horas invertidas en una sala a oscuras, rodeada de desconocidos, con una pantalla enorme en donde las más descabelladas, amorosas, terroríficas, y maravillosas historias son contadas; ya comienzo a sentir los estragos de estar tanto tiempo alejada de una sala de cine, y es que por si no se habían dado cuenta, mi adicción no es lo que uno podría llamar normal, soy de esas personas que al menos una vez a la semana debe ver una película nueva, y en un día puede ver cuatro películas sin ningún problema; y no por jactarme de conocer todas las películas ni mucho menos, me faltan demasiadas por ver, hartos clásicos, hartas básicas; y por eso uno de mis propósitos de año nuevo era ver al mes o cuatro películas nuevas a la semana, propósito que a medio año no he logrado cumplir.

Experimento lo que un cocainómano debe sentir cuando se aleja de su droga, no puedo concebir no haber ido al cine en tanto tiempo, tantos estrenos sin ver, tantas cosas que no puedo comentar, tantas películas aún cerradas esperando ser vistas en la comodidad de mi hogar, tantos libros y soundtracks pendientes; qué gusto infinito cuando logre acabar con esos pendientes para sólo darme cuenta que siguen habiendo más y más siempre por completar.
Así es como siempre quise que fuera parte de mi vida, hacer algo que me apasiona, desarrollarlo, cagarla, aprender y seguir creciendo con ustedes, en su gusto, en sus recomendaciones y en sus conversaciones; es un camino largo por recorrer y apenas estoy a unos cuantos metros de la línea de salida; la meta se ve bastante lejana todavía, pero no importa, ese camino largo por recorrer es lo emocionante.


Mi cuerpo pide paz, pero la verdad es que no se la daré, y todo sea por seguir viendo películas, viviéndolas y sobre todo; hablando de cine con ustedes.



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