O “Intensa Mente” como la
bautizaron en México, que no resulta tan peor como el gachupín “Del Revés” que
no tiene nada que ver con la trama de la nueva película de Disney Pixar,
quienes entregan de nuevo una historia que aparenta ser para niños pero para
nada lo es.
Riley es una niña que tiene 11
años, vive en un pueblo en Minnesota, tiene amigos, juega hockey y es feliz, y
todo esto lo sabemos gracias a sus emociones, que desde su cabeza trabajan para
que ella esté bien y no muera, por ejemplo, envenenada por un brócoli; pero
todo cambia cuando Riley se muda a San Francisco, en donde tendrá que empezar
desde cero.
Pete Docter y Ronaldo del Carmen
son los directores de ésta película que nos muestra de una manera muy sencilla
lo que pasa en nuestra mente y nos hacen ver la película con nuestros propios
recuerdos, y pensar en las islas que a cada uno de nosotros nos hacen como
somos (la isla de las bobadas es la mejor).
Las cinco emociones que podemos
ver en ésta película y con las que nos identificamos en todo momento son
Alegria (Amy Poehler), Tristeza (Phyllis Smith), Miedo (Bill Hader), Furia
(Lewis Black) y Desagrado (Mindy Kaling); con un reparto increíble que, si conocen
The Office en su versión estadounidense y Saturday Night Live; reconocerán
inmediatamente.
Con esta nueva entrega la dupla
Disney Pixar demuestra una madurez que va más allá de la gran calidad de las
animaciones, poniendo atención sobre todo en el contenido de sus historias y
logrando que éstas sean innovadoras en un mundo lleno de secuelas, precuelas y
remakes.
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