Seth MacFarlane (Family Guy) entrega una segunda parte de la
exitosa película en donde un tierno oso de peluche cobra vida gracias al deseo
de un niño por tener un amigo; y en ésta continuación de la historia ese oso ha
decidido casarse y tener hijos.
Los personajes principales regresan sin cambios relevantes
más que el pretexto de un divorcio, para no ver más a Mila Kunis en pantalla,
pero no se asusten, llegan otro par de ojos a reemplazarla, Amanda Seyfried.
La historia comienza cuando Ted se casa con Tami-Lynn y
buscan tener un hijo, que no pueden tener de manera natural y deciden adoptar,
pero el sistema no deja que Ted tenga los mismos derechos que los humanos ante
lo único que queda es, demandar al gobierno para que le otorguen dichos
derechos y pueda tener una familia.
La película además de esta trama está compuesta por un sinfín
de referencias a la cultura pop, reusadas de la primera parte, y lo triste es
que no funciona como debería, es mucho de los mismos gags relacionados con la
mariguana y los excesos llenos de testosterona.
Desgraciadamente en ésta ocasión Seth MacFarlane se pierde
en chistes machistas y escatológicos mientras fuma mariguana y pierde de vista
que no es una película que sólo él y sus amigos van a ver.
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