Después de dirigir “Hero” y “House of Flying Daggers”, el
director chino Yimou Zhang comenzó a trabajar con actores de Hollywood y su
entrega más reciente mezcla la ficción con una de las maravillas del mundo, la
Muralla China; un tema un tanto controversial después de que Donald Trump
quisiera poner justo otra muralla en la frontera de México y Estados Unidos.
De acuerdo con la versión de Yimou Zhang, resulta que la
Muralla China no se construyó para proteger al imperio chino de ataques
mongoles o de Manchuria; la verdadera razón para esta construcción resultó ser criaturas
sobrenaturales.
Por casualidad llegan a la muralla dos mercenarios europeos,
William (Matt Damon) y Tovar (Pedro Pascal), en busca de pólvora y son tomados
prisioneros, pero como parte de los soldados que defienden la muralla destaca
otro europeo, Ballard (Willem Dafoe, en uno de sus papeles más inútiles) quién
llegó por las mismas razones hace mucho tiempo ya y no ha podido escapar.
El guion no termina de contestar todas las dudas que plantea
y lo que pudo haber sido una historia por lo menos entretenida, termina siendo
una función más del Cirque Du Solei, con un diseño de arte impecable, rodeada
de CGI.
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