La película que regresa la franquicia a la pantalla grande dirigida por Shane Black, escritor de Iron Man 3 y director de The Nice Guys, lo que prometía aunque sea un poco en la calidad.
Lamentablemente estas expectativas no se cumplen para nada y la película es simplemente una bola de sangre con aliens matando todo lo que se les ponga enfrente sin ningún sentido. Los personajes no tienen ni pies ni cabeza, tratan de darles un poco de historia a cada uno sin lograrlo, sobre todo con Rory McKenna, interpretado por Jacob Tremblay quien queda completamente en el vacío con la nula construcción de su personaje, un niño en el espectro autista que descubre cómo se comunican los Depredadores pero quién después olvida por completo su condición y simplemente se convierte en cuestión de segundos en un niño simplemente inteligente.
Una historia que pasa de lo normal en películas de aliens llegando a la tierra para matar humanos y pasa a una verdadera maraña de situaciones sin sentido en donde un grupo de soldados camino a un manicomio terminan peleando con Depredadores tratando de salvar al hijo de uno de ellos junto a una científica que en realidad no ayuda en nada y cuya única labor parece ser cuidar al hijo semi autista del héroe de la película.
Miles de cabos sueltos deja la película, como por qué un Depredador ayuda a los humanos, por qué el encargado de detectarlos en la tierra se deshace de la única persona que ha tenido contacto con ellos y sobrevive al ataque, por qué uno de ellos tiene ADN humano, y así por millones.
Una historia que pasa de lo normal en películas de aliens llegando a la tierra para matar humanos y pasa a una verdadera maraña de situaciones sin sentido en donde un grupo de soldados camino a un manicomio terminan peleando con Depredadores tratando de salvar al hijo de uno de ellos junto a una científica que en realidad no ayuda en nada y cuya única labor parece ser cuidar al hijo semi autista del héroe de la película.
Miles de cabos sueltos deja la película, como por qué un Depredador ayuda a los humanos, por qué el encargado de detectarlos en la tierra se deshace de la única persona que ha tenido contacto con ellos y sobrevive al ataque, por qué uno de ellos tiene ADN humano, y así por millones.
Es una de las peores películas del año, sin una historia consistente, con personajes que no tienen sentido y un final que lamentablemente anuncia una secuela, es una película que no vale la pena ver, ni un domingo que no tengas nada que hacer.
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