La segunda parte de las aventuras de Newt Scamander dirigida por David Yates quien ya tiene experiencia trabajando con el mundo mágico de J.K. Rowling es la continuación de la historia de Grindewald quien al final de la primera película descubre su verdadera identidad dejando a todos con ganas de ver qué haría Johnny Depp en su lugar y la verdad es que entrega una actuación digna de recordar y reconocer como uno de sus mejores trabajos últimamente en donde no es una copia de Jack Sparrow, al contrario es mucho más maduro e increíblemente sobrio respecto a sus trabajos anteriores lo que dota a su personaje de una personalidad igualmente encantadora y aterradora porque retrata una clase de villano que perfectamente se puede reconocer en la vida real, un tirano que convence a sus seguidores de que su visión es la mejor mediante manipulación y convencimiento de que su lucha es la correcta aunque tenga consecuencias terribles para quienes se oponen.
Es una película en donde los personajes tienen más profundidad, conocemos más sobre Newt y su relación con Lita (Zoe Kravitz), y la pareja que pareciera ser solo de relleno y termina por ganarse la atención en pantalla es la conformada por Queenie (Alison Sudol) y Jacob (Dan Folger) quienes pasan de ser el soporte cómico de la historia a personajes relevantes contrario a Tina, quien en esta secuela no sobresale y simplemente aparece porque ya había estado en la primera parte pero si no estuviera no habría demasiada diferencia en la historia al igual que Nagini, quien sirve únicamente para recordarnos una vez mas que estamos dentro del mundo de Harry Potter.
Una decepción fue el personaje de Ezra Miller y su constricción del mismo, Creedence sobrevive y ahora busca a su madre real, pero en lugar de aportar emociones nuevas a su personaje y crecer con él, se queda estancado en una sola emoción que no cambia en toda la película quitándole importancia a su participación haciéndolo mas molesto que relevante.
A pesar de estos detalles en la historia es una película que cumple con las expectativas, además de crear momentos memorables y personajes entrañables como los nifflers y Nicolas Flamel.
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