Cuando me enteré que había una segunda temporada no tenia sentido, la historia de Hannah, una adolescente que decide terminar su vida porque no aguanta más el bullying, es víctima de una violación y deja trece cassettes para explicar por qué lo hizo parecía tener un final concluyente en la primera temporada de ésta serie que causó mucha controversia por los temas que trataba.
En ésta segunda temporada la historia se centra en el juicio entre la escuela y los padres de Hannah para decidir quién es responsable de lo que sucedió, y muestran que detrás de la historia que ya conocíamos hay mucho más que contar, todos los personajes siguen teniendo secretos y justo cuando creemos que todo ha terminado, un golpe inesperado en el último capítulo muestra que no es todo y veremos una nueva temporada el próximo año.
Con advertencias en cada capítulo y líneas de ayuda para cualquier problema que se pueda tener respecto a depresión la serie se respalda para evitar los cometarios que tuvo su primera temporada en donde se veía más como una apología al suicidio que como una denuncia, esta segunda temporada es lenta pero logra tener al final un buen giro para hacer una tercera temporada.
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