La octava película de Alfonso Cuarón y su proyecto más personal hasta ahora, Roma, es la historia de un año de su vida en el que muchas cosas pasaron tanto personales como en el país, como lo declaró el mismo, es un retrato de periodos de tiempo que marcan a una sociedad y a sus individuos de formas muy particulares.
Es una película basada en un 90% de sus recuerdos, nos adentra en su vida de modos tan específicos como juntar los muebles de su casa de diversas partes de país para podernos mostrar la intimidad de su familia, sus relaciones y su particular relación con Cleo, una de las chicas que ayuda a la familia en sus tareas del día a día y quien mayor relación tiene con los niños.
Yalitza Aparicio proveniente de Oaxaca y de origen mixteco es una revelación en el cine, su trabajo como Cleo le ha valido el nombramiento en la revista Time como la Mejor actuación de éste año, y a sabiendas de que era una maestra de preescolar antes de ésta película es aún mayor este logro, Yalitza es autentica con su personaje, nos muestra a una mujer fuerte e inteligente pero muy inocente quien aún cree en las personas y hace lo que puede por ayudar a quienes quiere de una manera desinteresada.
La elección de Cuarón para ella como su protagonista ayuda a poner atención no solo a su talento pero también a la muy arraigada discriminación en nuestro país, en donde son personas como ella quienes ayudan en las labores del hogar y muy pocas veces son valoradas, la historia ayuda también a desenmascarar la hipocresía social que exige muchas cosas que no da a quienes viven en su hogar.
La película está llena también de simbolismos, tanto referentes a la historia como a la carrera profesional de Cuarón que la hacen aún más entrañable, vemos el mundo que formó a éste gran director y para quienes no vivimos en el México de esos años crea una especie de añoranza por haber conocido un país tan distinto, con lugares que han cambiado radicalmente pero que reconocemos a pesar de los años.
Escrita, dirigida y fotografiada por él, Roma es una joya de la cinematografía actual que preferiblemente se debe ver en una pantalla gigante con un sistema de audio que nos sumerge de inmediato en el mundo de la película y para quienes vivimos en México nos lleva a un mundo que ya conocemos y con el que estamos familiarizados pero que estamos viendo desde un punto de vista igualmente hermoso como escalofriante.
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